Por clothing-bag, 22/08/2022

Ropa interior térmica: cómo emplearla conduciendo en moto durante el invierno

La ropa interior térmica tiene, como principal virtud en pleno invierno, mantener el calor de nuestro cuerpo mientras conducimos en moto. ¡Aprovéchalo!

Los primeros pensamientos a la hora de afrontar una conducción agradable en moto durante el invierno es hacernos con el equipamiento adecuado. Llegado el momento, la cabeza se nos va hacia una buena chaqueta y unos guantes que paren lo más “gordo” del frío. No es un mal planteamiento, pero de ahí a que sea lo más correcto, y por este orden, hay un largo trecho que pasamos a analizar.

El hecho de contar con una barrera exterior potente frente al frío y la lluvia invernales es de vital importancia, de acuerdo, pero no lo es menos que precisamente es el calor corporal lo que deberás conservar por cualquier medio para no sufrir un principio de congelación en tus propias carnes. En caso de ir perdiendo de manera progresiva los 36/37 grados centígrados de rigor aproximados, estarás abocado a arreglarlo con una ducha caliente cuanto antes… o a sufrirlo mediante horribles consecuencias que mejor dejamos a los más sensacionalistas.

Lo que debe quedar claro desde un principio es que resulta fundamental no perder la temperatura corporal durante el invierno, lo que supone todo un reto mientras conducimos en moto a estas alturas del año. Tu cuerpo deberá mantenerse seco y en temperatura óptima de “funcionamiento”, tal y como le sucede al motor de tu moto, para lo cual un buen anticongelante es tan importante para ella como el adecuado despliegue de ropa térmica a lo largo y ancho de tu cuerpo.

Equipamiento térmico en la cabeza: también bajo el casco

Si ya has rodado en moto durante el invierno y no sufres con el frío en plena marcha, ¡enhorabuena! Eres lo más parecido a Superman. Sin embargo, en caso de que no lo hayas hecho y te sientas un tipo común a la mayoría de mortales, es muy probable que pases más frío de lo que imaginas aunque te equipes de manera correcta, es decir, te hagas valer de un casco integral para moverte en moto también durante los meses más “puñeteros” del año. ¿Y cómo se puede solucionar esto del frío en la cabeza a pesar de todo?

Piensa que es por la cabeza, las manos y los pies por donde más se nos escapan los grados de temperatura corporal, algo que intentaremos paliar con el pasamontañas de toda la vida. No es menos cierto que tampoco serás el primero en quejarte de lo que agobia llevarlo puesto, pese a que existen modelos bastante finos y agradables al tacto, dos características que son primordiales en cualquier producto interior térmico. Bien, en este caso prueba las opciones que el mercado nos ofrece: si con un pasamontañas “integral” o sotocasco no te sientes cómodo, busca un cubrecuello que podrás elevar hasta la altura de los ojos por encima de la nariz; de nuevo y a malas, siempre podrás proteger con él otro punto delicado en cualquier persona que no sea un superhéroe, el cuello. Además de ejercer de barrera contra el viento, mantiene su ámbito de acción “calentito” dentro de un orden.

Torso a salvo del frío intenso con interiores térmicos

Ropa interior térmica: cómo emplearla conduciendo en moto durante el invierno

Pero si el cuello es delicado, no lo es menos toda la zona superior del cuerpo expuesta a los rigores del viento más crudo. El carenado de tu moto, si cumple con las dimensiones adecuadas para desviarte el frío arregla, en parte, el desaguisado. Si no dispones de él, e incluso como complemento perfecto, las camisetas interiores térmicas cumplirán su trabajo para lograr tu objetivo, ya sabes, no perder temperatura corporal. De hecho, es la primera prenda que deberás ponerte antes de continuar aplicando las “capas de cebolla” disponibles en tu ajuar motociclista (tampoco te pases, sería contraproducente). ¿Tienes un chaleco cortaviento? ¡Excelente! ¿Tu chaqueta dispone de una membrana microporosa fiable además de un forro interior acolchado desmontable? ¡Lo estás bordando! Pero atención, porque si la primera prenda en contacto con tu piel no es una camiseta interior térmica, el resto de esfuerzos no verán recompensado su trabajo del mismo modo que si te equipas con una de ellas.

Por lo general no suele ser un elemento que requiera grandes inversiones de dinero y, a cambio, recibes mucho más de lo que pagas… salvo excepciones en las que la balanza está “ahí”, más o menos. Pero centrémonos en sus características fundamentales, porque aunque ya se ha comentado aquí, hay que remarcar el hecho de que el tejido debe ser agradable al tacto lo que implica, además de un interior suave, la ausencia de costuras que pudieran quedar marcadas en el cuerpo en su contacto con la piel y, como imaginarás, debido a la presión del resto de capas exteriores “hacia dentro”.

Manos, pies y piernas con una primera capa térmica

Si esto último resulta importante en una camiseta interior térmica, imagínatelo en unos guantes o calcetines. Como ya se ha dicho, manos y pies también se encargan de disipar el calor del cuerpo, perdiendo lo más valioso de lo que disponemos mientras rodamos en moto bajo un frío intenso. Piensa, además, que la temperatura real en plena marcha no es la misma que la ambiental, ya que a esta última le deberás sumar la acción del viento sobre tu cuerpo que se multiplica con la velocidad de rodaje… En fin, que más te vale equiparte como es debido antes de comenzar a perder cada uno de los dedos de las manos y los pies.

Para las extremidades superiores, deberás tener muy claro qué talla de guante invernal usas para alojar la mano dentro ya pertrecha de otro guante, el interior térmico. Cierto es que el tacto a los puños queda un tanto mermado, pero si hemos de elegir una u otra cosa nos quedaríamos con conservar las manos operativas en vez de disponer de más “feelig” en los puños. En realidad, se trata de agarrar cada uno de ellos y presionar las levas de freno y embrague cuando toque, al igual que sucede con las intermitencias o el claxon; no es una labor de cirujano precisamente. En las extremidades inferiores sucede algo parecido al dejar reposar sobre los estribos de la moto, o la plataforma del scooter, los dos pies. Apenas la actuación sobre la palanca izquierda del cambio y el freno al lado contrario “molestará” la rutina de colocación y desplazamiento. No sabes lo que podrás cuidar tus pies hasta que los tienes, disponiendo de calcetines térmicos en relación a los que usas cuando caminas con tus zapatillas de deporte… porque si tiras de “ejecutivos” en pleno invierno rodando con tu moto, ya es “para nota”. Sí, son extraordinarios para evacuar el calor, pero no tanto para conservarlo cuando lo necesitamos, o incluso si requerimos desprendernos del sudor pero no tanto de la temperatura interior, algo para lo que las prendas interiores térmicas se encuentran especialmente diseñadas.

Una vez más, como sucede en la cabeza, el torso, las manos y los pies, la ausencia de molestas costuras o rebordes junto con una sensación interna agradable en contacto con la piel, garantiza durante más tiempo una conducción en moto satisfactoria durante el invierno con pantalones interiores térmicos. El grosor de los mismos provocará que puedas ponerte, o no, esos vaqueros con protecciones que tienes para moverte en moto y que te quedan algo justos; el pantalón térmico pedirá un pelo más de espacio. Sin embargo, lo que ganarás en sensación de confort especialmente en muslos y rodillas, compensa cualquier sacrificio de espacio que, en un momento dado, podrás solventar con otra prenda interior térmica más fina o un pantalón principal algo más holgado.

Cualquier barrera probada con el paso de los kilómetros y la experiencia no sobra cuando el frío aprieta de verdad. Ah, y no sufras por el lavado que, si abusas de sus cualidades, deberá ser constante por lógica. Las indicaciones suelen venir acompañadas en la etiqueta del producto, pero en general aunque tratemos con fibras más o menos naturales o sintéticas, un lavado a baja temperatura sin suavizante sería lo adecuado, sobre todo pensando en que no disponemos de tiempo para hacerlo a mano en un barreño con agua templada. Sí es interesante el hecho de que suele secar más rápido que el algodón, por ejemplo, así que lo tendrás listo y preparado lo antes posible para tu próxima salida en moto.

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