Por clothing-bag, 27/04/2022

Cómo actuar ante una persona con hipotermia

Seguridad en la montaña

Temblor intenso, habla confusa y descoordinación muscular son las primeras señales de alarma

Una mujer con hipotermia sobrevive a un paro cardiaco de más de seis horas, y sin daños neurológicos

Josep CorbellaBarcelona

La hipotermia accidental se produce cuando el cuerpo humano se enfría y es incapaz de mantener una temperatura adecuada, como le ocurrió a Audrey Mash el 3 de noviembre antes de ser rescatada y sobrevivir a un paro cardiaco de más de seis horas. Aunque la mayoría de casos se resuelven sin complicaciones, es un trastorno potencialmente mortal ante el que es conveniente actuar con rapidez.

“Hablamos de hipotermia cuando la temperatura corporal central se sitúa por debajo de 35 grados, porque a partir de ahí las funciones musculares y cerebrales no funcionan adecuadamente”, señala Enric Subirats, director de la cátedra de Medicina de Montaña de la Universitat de Girona. Entre 35 y 36,5 grados, se puede tener una sensación de frío intenso y se puede empezar a temblar, pero aún no se trata de una situación alarmante.

¿Cuáles son los primeros síntomas de alarma?

El primer síntoma obvio de hipotermia es un temblor intenso que no se puede detener voluntariamente. Se trata de una reacción del cuerpo para contrarrestar el enfriamiento, ya que el temblor puede multiplicar hasta por cinco la producción de calor por parte de los músculos.

Otros síntomas de la hipotermia de grado 1, cuando la temperatura corporal central se sitúa entre 32 y 35 grados, se deben a que empeora la coordinación muscular: a la persona le cuesta caminar en línea recta, tropieza con frecuencia, se mueve con lentitud o no poder subirse la cremallera del abrigo. Las funciones cognitivas también se ven afectadas y pueden observarse dificultad para hablar, confusión y letargia.

¿Qué síntomas indican que una persona está empeorando?

Cómo actuar ante una persona con hipotermia

Al llegar a la hipotermia de grado 2, entre 28 y 32 grados, la persona deja de temblar. No se debe malinterpretar como una mejora, ya que la razón es que los músculos han agotado las reservas de glucosa necesarias para contraerse. El riesgo de paro cardíaco aumenta a medida que la temperatura baja. Aparecen graves alteraciones de la consciencia, que pueden incluir apatía, confusión y delirio, y conductas irracionales, como quitarse la ropa a pesar del frío. La coordinación se vuelve muy pobre y la persona adopta instintivamente una posición fetal para conservar el calor.

A medida que el cuerpo se sigue enfriando, entra en un estado de semiinconsciencia, sus pupilas se dilatan y su corazón sufre arritmias. En la hipotermia de grado 3, entre 24 y 28 grados, la persona ya está inconsciente, la respiración y la frecuencia cardíaca se vuelven erráticas y hay un alto riesgo de muerte por fallo cardiorrespiratorio. En la hipotermia de grado 4, la que sufrió Audrey Mash, la persona está en estado de muerte aparente, sin signos vitales.

¿Cómo prevenir la hipotermia?

Para evitar la hipotermia en montaña, se recomienda planificar bien la actividad que se va a realizar, consultando la previsión meteorológica antes de salir y equipándose con la ropa adecuada para las condiciones que se espere encontrar.

La pérdida de calor corporal no sólo se agrava con las bajas temperaturas, sino también con el viento y con la humedad de la piel. Por ello, el Manual de Medicina de Montaña y del Medio Natural de Enric Subirats –libro de referencia en la materia- recomienda una vestimenta por capas. Para la capa interior se recomienda un tejido que elimine el sudor y la humedad hacia el exterior. Para la capa exterior, un tejido que sea al mismo tiempo impermeable y transpirable. Para las capas intermedias, tejidos que retengan el calor corporal pero que permitan evacuar la humedad.

También puede ser útil llevar gorro, ya que aproximadamente un 25% del calor se pierde por la cabeza, y guantes. Conviene quitarse ropa antes de iniciar un ejercicio intenso para evitar el sudor, y abrigarse antes de sentir frío al terminar una actividad. Llevar una manta térmica de supervivencia –pesan poco más de 100 gramos- puede ser útil ante el riesgo de sufrir algún contratiempo y haya que quedarse más tiempo del previsto en la montaña.

¿Cómo tratar a una persona con hipotermia?

Un episodio de hipotermia en la montaña puede convertirse en una situación de riesgo vital y justifica una llamada al 112 para solicitar un rescate. El tratamiento se basa en prevenir la pérdida adicional de calor y en recalentar gradualmente a la víctima a la espera de trasladarla al hospital. Si es posible, conviene situar a la persona en un ambiente cálido, aislado del suelo y protegido del viento, como una habitación o un saco de dormir calentado previamente por otra persona.

Conviene darle bebidas calientes y sobre todo azucaradas, ya que el azúcar aporta el combustible necesario para que los músculos puedan temblar y generar calor corporal. Pero no deben ser ni té ni café ya que, al ser diuréticos, aumentan la deshidratación. Tampoco deben ser bebidas alcohólicas ya que, al tener un efecto vasodilatador, aumentan la pérdida de calor a través de la piel.

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