Por clothing-bag, 27/08/2022

Ropa interior vs. bikini. ¿Por qué unos dan vergüenza y los otros no?

El origen El bikini moderno le debe su creación a la necesidad, pero no a la de los hambrientos ojos de los hombres por ver más piel, sino de las empresas textiles en los Estados Unidos que vieron sus producciones reducidas durante la Segunda Guerra Mundial. De hecho, el gobierno favoreció el nuevo modelo para ayudar a las textileras a racionar la cantidad de tela usada. Para revivir la industria del traje de baño y hacerlo de una forma costo-efectiva, los dos diseñadores franceses, Jacques Heim y Louis Réard, lanzaron al mismo tiempo sus versiones del traje de baño de dos piezas —el primero lo llamó “atome” y el segundo “bikini”— en 1946.

Katya Foreman explica, en un artículo para la BBC por qué el bikini se convirtió en un clásico; indica que: “La evolución del diseño del bikini traza la emancipación de las mujeres, como un símbolo de la libertad y seguridad de su propio cuerpo, con generaciones de icónicas estrellas de la pantalla de plata ayudando a alimentar su mito. Algunos momentos memorables incluyen la película francesa de 1956 And God Created Woman, donde todo lo que se interponía entre el público y las partes privadas de Brigitte Bardot eran unos minúsculos recortes de tela y, por supuesto, el momento del bikini blanco con la primera chica Bond, Ursula Andress en Dr. No (1962)”.

El bikini cumple la paradójica misión de cubrir el cuerpo, pero al mismo tiempo de enseñarlo. Entonces, por definición, una chica que se lo quiere poner —dejemos al lado las inseguridades de quienes prefieren un traje de baño completo— desea ser vista. Por su parte, en el terreno de la ropa interior, hasta antes de la invención del brassiere en 1913 por la neoyorquina Mary Phelps Jacob, estas prendas eran piezas completas que tapaban el cuerpo entero; usaban corsés para ceñir sus cinturas y levantar el busto. Siendo honestos, no había nada que pudiera provocarles vergüenza de sorprenderlas en estas condiciones, más lo horrible e incómodas de sus vestimentas. Pero, al igual que los bikinis, en la actualidad hay cierto tipo de ropa interior que sí es concebida, diseñada y confeccionada para contemplarse: la lencería. Sofisticados encajes, ligas, ligueros, medias, sostenes, transparencias y aperturas que se divierten con la imaginación de quien las usa y aquella persona que tiene la fortuna de quitarlas antes —o dejarlas puestas durante— un encuentro sexual.

Ropa interior vs. bikini. ¿Por qué unos dan vergüenza y los otros no?

Así que tampoco se sostiene la hipótesis de que los bikinis son para ser vistos y la ropa interior no.

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