Por clothing-bag, 08/04/2023

El regreso de la gimnasia rítmica: entre el protocolo sanitario y la adrenalina

Sobraban ganas y faltaba precisión. Pero lo importante era volver a girar sobre la pedana, sin importar si la pelota volaba hacia un lugar indeseado o si la balanza acusaba gramos de más. El tiempo afinará los detalles y ellas lo saben. Por eso intentaron usarlo a su favor en los tres meses que no pudieron entrenarse en el club por la pandemia del coronavirus.

Sofía Bergliaffa, Celeste D'Arcangelo, Ana Laura Acosta, Camila Arce Rodríguez, Lara Aimeri Vicentin, Macarena Rodríguez, Agostina Vargas Re, Lucía Arrascaeta y Pilar Cattaneo hicieron punta a nivel país y fueron las primeras gimnastas rítmicas de Argentina en volver a los entrenamientos.

Las nueve son representantes del club Municipalidad y de la selección argentina de mayores o integrantes del proyecto Dakar (con miras a los próximos Juegos Olímpicos de la Juventud) y atraviesan ya su segunda semana de trabajo bajo un estricto protocolo sanitario.

A la habitual sanitización del calzado, toma de temperatura y desinfección de ropa con alcohol al ingresar al club, las chicas suman medidas propias de su disciplina: cada una tiene su set de higiene personal, su silla de trabajo y su espacio identificado para dejar sus pertenencias. En la pedana hay un lugar delimitado para cada una. Para hacer la entrada en calor, cada gimnasta lleva su propia manta y cada 40 minutos desinfectan la alfombra.

El regreso de la gimnasia rítmica: entre el protocolo sanitario y la adrenalina

Vanina Lorefice es la entrenadora y Sandra Re es la coordinadora de la disciplina en el club. Ambas están gratamente sorprendidas por la forma en la que las chicas retomaron los trabajos.

A ella le tocó la difícil tarea de “buscar recursos, alternativas y formas de mantenerlas motivadas durante tres meses”. Aunque confiesa: “No tuve problemas. Es un grupo brillante”.

Con ocho gimnastas, el club cordobés es el que más representantes aporta a la selección. Celeste D’Arcangelo es una de ellas y, con 16 años, es una referente.

“El día que volvimos salí una hora antes de casa. Tenía mucha ansiedad. Quería hacer todo lo que no había podido. Tenía mucha adrenalina. No importaba si no me salía; yo quería volver”, confiesa, y se lleva la mano al pecho para mostrar su emoción la representante panamericana en Lima 2019, que encontró en “la posibilidad de hacer cosas nuevas” una pequeña motivación diaria para trabajar en casa durante tres meses.

Por suerte ya quedó atrás “el tedio y el estrés de los primeros días por hacer las cosas bien”. “Ahora cada una tiene rutinizado el protocolo y lo llevamos súper bien”, destaca Vanina.

Las chicas trabajan por ahora día de por medio, la semana próxima sumarán una nueva jornada y la siguiente ya llegarán a los cinco días de entrenamiento.

“La idea es ir sumando de forma progresiva los días y las horas. Más que nada por un tema de lesiones y de cargas. Vienen exaltadas, quieren hacer todo y es un problema”, reconoce la entrenadora, y cuenta que “la semana que viene ya largan con las rutinas con música”.

Poco a poco las chicas retoman su ritmo. El aspecto nutricional se acomoda y la pelota cae donde tiene que caer. Por ahora, disfrutan de estar de nuevo en el club y se jactan de ser “las primeras del país en volver a los entrenamientos”.

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