Por clothing-bag, 05/03/2023

Mujeres y automovilismo: las pistas también son nuestras NO HAY COMENTARIOS EN ESTA NOTA

El rol que ocuparon las mujeres durante la historia del automovilismo fue el disparador para analizar el deporte desde una perspectiva feminista. ¿Cuáles son los prejuicios que hoy persisten? ¿Qué estereotipos se construyeron alrededor de las identidades feminizadas al volante? ¿Y en torno a las promotoras y a la sexualización de sus cuerpos? Lo cierto es que hay corredoras que pusieron quinta en la ruta de las desigualdades para demostrar que las pistas no sólo son espacios de varones.Mujeres y automovilismo: las pistas también son nuestras NO HAY COMENTARIOS EN ESTA NOTA Mujeres y automovilismo: las pistas también son nuestras NO HAY COMENTARIOS EN ESTA NOTA

“Simplemente me dijeron que estuviese quieta en el podio y eso es lo que hice”, fue la respuesta de la joven que acompañaba en lo más alto del escenario al multicampeón, Lewis Hamilton, quien, hace unos años, decidió celebrar una de sus victorias dirigiendo el líquido del champagne directamente hacia el rostro de la promotora.

La imagen es clara. Los tres corredores más veloces de la carrera, que sienten el mundo a sus pies por un instante, con el campeón inglés como centro del espectáculo, quien festeja su conquista envuelto en la espuma, en los gritos y en los aplausos de los fanáticos. Un momento de éxtasis en el que el ganador es el protagonista, y la mujer, sólo parte del decorado. Esta clásica escena se repite en el mundo del motor, en cualquier parte del mundo y en cada competencia desde hace décadas, con variedad de actores principales, pero con algo en común y que lleva a la inevitable pregunta:¿Qué rol ocuparon las mujeres durante la historia del automovilismo?

Pensar el mundo fierrero desde una perspectiva feminista, implica ver más allá del deporte. Salir de la pista y analizar cómo lo cultural atraviesa, en múltiples sentidos, a una de las disciplinas más populares y tradicionales de Argentina, junto con el fútbol y el boxeo.

“Las mujeres no saben manejar”

Romper los prejuicios y derribar las barreras culturales. Uno de los argumentos más habituales a los que se recurre para evitar la paridad de género es la capacidad física de unos y otros, basado en uno de los estereotipos de género más arraigados en la cultura argentina, según el cual la población femenina es más torpe. En autos, esto ya no es un motivo válido, sino la capacidad y el talento al volante.

Iannina Zannazi fue la primera corredora en ganar una carrera en el país, en Río Cuarto, en 1999. En una entrevista con Mundo D, señaló: “Dicen que el automovilismo es un deporte machista, pero cuando le dan la posibilidad a una mujer de competir de igual a igual deja de serlo. Es uno de los pocos deportes en los que podemos medirnos en la misma categoría”. Además, agregó que uno de los aspectos a trabajar es cómo incorporar a más chicas para que se sumen al deporte. “Se necesita que las empresas nos apoyen. Tenemos que facilitar el primer paso, después dependerá de las condiciones, la garra y la pasión que le ponga cada una”, advirtió Zannazi.

A diferencia de otros deportes en los que las ramas femeninas crecen a su propio ritmo, en el mundo de los autos, camiones, motos y kartings la situación presenta diferencias. Se trata de un deporte mixto y, sin embargo, sigue asociado al hombre. Entre los grandes pilotos del automovilismo mundial, con el gran Juan Manuel Fangio como ídolo nacional, los nombres que surgen son todos masculinos porque son pocas las “pilotas” que lograron llegar a las pistas de elite. En toda la historia de la Fórmula 1, compitieron sólo cinco mujeres.

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Nadia Cutro fue la primera campeona del Rally Argentino en 2017. Comenzó como navegante de su padre hasta que tomó el volante para empezar su propio camino. En diálogo con Feminacida, considera que “hoy la mujer ocupa un lugar ínfimo, pero importante, en la disciplina”. “Todavía nos cuesta pertenecer a las categorías más importantes en pista porque es difícil que apoyen a la corredora confiando en su desarrollo y sus habilidades”, asegura.

La deportista entrerriana cuenta que la desigualdad persiste, aunque no haya razones para sostenerla. Las pilotos cobran menos y las promocionan menos. Son más observadas y criticadas. Y no es lo mismo si una mujer o un hombre tiene un accidente, todo aún se mide con distinta vara.

“Andá a lavar los platos”

No es necesario ser piloto profesional para conocer esta típica frase callejera. Dichosa la conductora que no lo haya escuchado mientras manejaba por su pueblo o ciudad. “Andá a lavar los platos” se usaba como recordatorio de que las mujeres pertenecían al ámbito doméstico, a su casa y, precisamente, a la cocina. Para ellas, el espacio privado. Para ellos, el espacio público.

Si bien en el mundo occidental las mujeres manejan desde fines del siglo XIX, en algunas partes del mundo, tenían prohibido hacerlo hasta hace tan sólo unos años. Recién en 2018, las ciudadanas de Arabia Saudita, mayores de 21, obtuvieron el derecho de poder sacar la licencia para conducir y así ponerle fin a depender de un varón de su familia para trasladarse libremente.

En este sentido, por supuesto, se pone en juego una masculinidad asociada al automóvil y a los vehículos en general, que representan el placer por la fuerza, el riesgo, la adrenalina y la velocidad. Y la pasión por los fierros, la grasa y el polvo.

La mujer como objeto de exhibición

La italiana María Teresa de Filippis fue la primera mujer en correr en un Gran Premio de Fórmula 1, pero en el GP de Francia de 1958 no le permitieron competir. ¿El argumento del director del torneo?: “El único casco que debe usar una mujer es el de la peluquería”.

Hace unos años, en una crónica fierrera en Anfibia, describieron a las promotoras presentes en el Autódromo y profundizaron en las corporalidades. “El cuerpo de la mujer es pura exhibición: espaldas desnudas, vestidos cortos, escotes pronunciados, minifaldas, botas con plataforma, maquillaje y pelo de publicidad. El cuerpo del piloto es metálico: su coche y su uniforme como representación o prolongación de su coche, los mismos estampados publicitarios en cada caso. Y una cara y el dedo gordo de su mano indefectiblemente levantado ante cada foto como únicas manifestaciones de la piel”.

No sólo las pilotos son parte del mundo automotor. En un contexto de sobrerrepresentación de varones, también están ellas, las jóvenes contratadas para atraer las miradas de los aficionados. Al igual que como antes sucedía con los almanaques y posters de modelos semi desnudas en los talleres mecánicos: la mujer como objeto de deseo.

Las promotoras son parte del “decorado” de las competencias. Una actividad que, en ocasiones, corre los límites de lo legal, como en el caso de 50 jóvenes que fueron amenazadas para ejercer la prostitución en el marco de competencias del Turismo Carretera y el Turismo Nacional, entre otras categorías, que recientemente se elevó a juicio por pedido del Fiscal Federal Franco Picardi.

Mujeres fierreras

Los tiempos están cambiando. Y el automovilismo refuta a la famosa frase que algunxs nostálgicxs sostienen: no todo tiempo pasado fue mejor. Y las mujeres fierreras pueden dar cátedra sobre el tema. Poner primera y pisar el acelerador, a fondo y a toda velocidad.

Agustina Mattio es corredora argentina y fue parte de Vitarti Girls Team, el primer equipo íntegramente femenino del automovilismo argentino que debutó en el Top Race Junior, durante 2021. “Empecé a correr en karting a los 9 años y no había tantas chicas, yo era la única. En estos últimos años, sí comenzaron a verse más mujeres en distintos roles, no sólo como pilotos”, dice en exclusiva para Feminacida.

El medio especializado “Mujeres Fierreras”, entrevistado para esta nota, cuenta que hay un progreso en la cantidad de mujeres que compiten. A nivel mundial influyó mucho el papel de la FIA Women in Motorsport con la creación de la W Series en 2019 (que es sólo para mujeres), incluida como telonera de la Fórmula 1 este año y con iniciativas como el programa Girls on Track-Rising Stars en conjunto con la Academia Ferrari. “De a poco, se van rompiendo barreras que eran irrompibles hace unos años atrás, no sólo en lo que respecta a pilotos, sino también en la multiplicación de ingenieras, mecánicas, directivas”, concluyen.

Según “Mujeres Fierreras”, en Argentina, el karting es donde más mujeres compiten, siendo más de 300 kartistas. Mientras que en el automovilismo nacional en general es en donde menos presencia femenina hay. A excepción del Top Race, en el resto de las categorías no hay ninguna mujer participando.

Autos rosas

“A veces nos utilizan como fuente de marketing para decir que son inclusivos”, señala Nadia Cutro, quien además explica que conseguir sponsors es un camino más áspero para las mujeres. “Sin una espalda económica es muy difícil llegar. Y todavía hay un machismo que no permite que podamos lograr nuestras metas. Una vez fui a una reunión con un sponsor y después de preguntarme sobre el auto y el motor, me dieron un conjunto de ropa interior de regalo para que me vaya”, relata.

A nivel mundial, la industria del automovilismo sabe que no es considerada como la más inclusiva y, por ello, intentó combatir esa impresión creando comisiones y programas de diversidad. Sin embargo, hay situaciones que refuerzan las percepciones y estereotipos.

Heinricher Racing es el equipo de la corredora y única dueña mujer del circuito, Jackie Heinricher, quien buscó obtener una plaza en Las 24 horas de Le Mans, uno de los eventos más prestigiosos del mundo. Su solicitud fue rechazada porque sólo podía haber un equipo de mujeres, no más. Kessel Racing resultó el equipo elegido y fue transformado en un ejemplo de igualdad. Un artículo en el sitio web de Le Mans titulaba: “Kessel Racing demuestra que el automovilismo no es sólo para los hombres”. Que le pregunten a Heinricher si opina lo mismo.

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