Por clothing-bag, 07/03/2022

Comerciantes informales invaden el Metro; venden cargadores, pilas, ropa interior…

CIUDAD DE MÉXICO. Al llegar a las escaleras de acceso a la estación Tasqueña de la Línea 2 del Metro se escuchan gritos. Son grupos de vendedores ambulantes: “lleve su cargador para todas las marcas de celulares, tenemos pilas, fundas, micas, bastones o lo cambiamos de compañía sin ningún costo”.

Más adelante una pareja ofrece ropa interior: “Sorprende a tu novia, esposa o amante; ahí está la tanga, el bóxer o los calcetines”.

Andenes, pasillos y vagones del Sistema de Transporte Colectivo (STC) se han convertido en el escaparate para cientos de ambulantes.

A unos metros de las taquillas ofertan galletas, muéganos, paletas, chicles, pastillas y cigarrillos.

Llegar hasta los andenes representa superar tapetes, manteles, cartones y vendedores que limitan el paso, generando aglomeraciones en plena pandemia.

Son casi las 8:00 horas y un policía bancario también advierte a los usuarios que es una zona de asaltos frecuentes: “cuiden sus mochilas; todas las bolsas van al frente, también sus carteras y celulares. Eviten ser robados”, grita el agente José.

Comerciantes informales invaden el Metro; venden cargadores, pilas, ropa interior…

A bordo del convoy, entre las estaciones Ermita y Portales de la misma Línea 2, pese a la presencia de más policías, dos vendedores ofrecen gel antibacterial, cubrebocas y audífonos.

Ya en la estación Pino Suárez, los pasillos de transborde entre las líneas 1 y 2 lucen con grandes aglomeraciones. La razón: los ambulantes se desbordan entre gritos ofreciendo toda clase de productos para uso personal, casa u oficina.

Quienes ofrecen los productos son mujeres, en su mayoría, pero detrás de ellas o en las escaleras hombres las vigilan.

Los policías bancarios también son clientes de los informales, según se pudo ver.

En las estaciones Chabacano, Zócalo y terminal Cuatro Caminos la historia se repite en pasillos y casi cada rincón.

Elementos de la PBI aseguran que al amparo de un supuesto movimiento de género se han apoderado de las instalaciones.

Agregó que en términos de protección civil existe un gran riesgo por los obstáculos que representan.

El mismo policía recomendó a Excélsior recorrer otras líneas y estaciones para comprobar que es lo mismo. Así fue en Pantitlán (Línea 9), Chabacano (9 y 2), Centro Médico (9 y 3), Tacubaya (1, 7 Y 9), Observatorio (1) y Balderas (1 Y 3): sobre el piso de todas estas estaciones se venden alimentos, ropa nueva y usada, electrodomésticos, celulares, tenis, bocinas, caretas y cubrebocas.

Paredes, luminarias y líneas especiales para personas ciegas son utilizados para exhibir los productos.

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